Estimado Hans,
Lamento no haber respondido con la celeridad que el caso ameritaba a tu última carta, los acontecimientos que pueblan las tapas de los diarios y que seguramnte son de tu conocimiento me lo han impedido. No es que haya sido afectado directamente por ellos pero me han sumido en una especie de ironía vegetativa: ha sido tal el sopor que me produjo cada una de las noticias mundiales que parecen alterar tanto a todo el mundo que no logré detener la escritura compulsiva de negrísimas y extensas elegías (que inmediatamente destruía intentando encontrar una vana poética a mi acto) durante varios dias y sus noches hasta llenar el calendario de cinco semanas ininterrumpidas. Felizmente mi manía ha encontrado un respiro y vuelvo al mundo para poder reordenar mis sencillos quehaceres cotidianos: debo pagar inmediatamente la luz y el gas de mi piso, incorporar a mi cuerpo algún nutriente que complemente el de la comida enlatada y tener sexo urgentemente. Aprovecho la cola en el banco para responderte a tu tan sentida carta.
H. M. Andrade
continuará...
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